Muchos países, quizás por moda, o quizás por tanto escándalo originado por filtracciones en la red o quizás porque creen en la transparencia; han comenzado a publicar sus datos en inventarios públicos conocidos como OpenData.
¿Idea utópica?
Una muy interesante idea pero que está quedando con limitantes de acceso debido a que o por falta de conocimiento o simplemente por hábito (un mal hábito por cierto) estos se publican dentro de formatos que no son fácilmente distribuibles y tampoco son necesariamente visualizables.
Supongamos que una entidad estatal publica los resultados de su gestión en un archivo de Microsoft Excel. Esto implicaría que l@s ciudadan@s que quisiesen ver dicho archivo, deberían obtener un programa que se lo permitiese ver correctamente. Por lo cual deberían verse obligados a comprar una suite de oficina para poder abrir dichos archivos y consultar la información.
Ahora bien, si en los países en vía de desarrollo el tener acceso a un computador ya es algo complicado a pesar de la masificación. Imagínense lo complicado que sería tener de manera legal la suite de oficina que le permita abrir correctamente tal archivo. O aún más complejo, obtener legalmente un sistema operativo en donde instalar la suite de oficina relacionada con el formato de archivo en cuestión.
He ahí el problema de utilizar formatos propietarios. Ya que estos obligan a l@s ciudadan@s a utilizar herramientas puntuales para visualizar la información dejando el concepto de OpenData a mitad de camino. Pues aunque los datos son abiertos solo pueden ser consultados por una minoría que tiene acceso a una tecnología. Es decir por una minoría que tiene acceso al software específico que se necesita para abrir el formato privativo.
¿Desconocimiento o deliberación?
Pero esto no para allí, la mejor forma de hacer públicos los datos es hacerlo a través de la Web, ya que esto facilita que las personas puedan estar en cualquier lugar para consultar la información; de nuevo el comienzo de la intención es bueno, pero entonces ocurre que los sitios solamente son visibles en ciertos navegadores que no cumplen los estándares de la W3C y volvemos otra vez al problema anterior de obtener un sistema operativo que permita ejecutar un navegador que permita visualizar el sitio Web en particular.
A parte de los casos consabidos de los navegadores y también de los famosos controles Active X que restringen los sitios, también hay uno del que hemos hablado en este sitio: Las fuentes. Aunque liberen un documento en un formato PDF abierto si este lleva fuentes propietarias, ya la propia distribución por parte de la entidad estatal es una violación del copyright de las fuentes, entonces los catálogos de datos no solamente deberían ser liberados en formatos abiertos sino con fuentes abiertas.
La intención del OpenData es muy buena, incluso facilita la veeduría ciudadana; pero si no se combina con el uso de formatos abiertos y la aplicación de estándares muere en manos de un acceso restringido a los datos.
De otro lado, viene la pregunta: Si los datos son abiertos, eso implica que hay un libre uso de los mismos (claro con las respectivas atribuciones), entonces si las entidades estatales tienen un copyright sobre su sitio Web, por qué no indican que su catálogo de datos abiertos si se puede utilizar libremente sin problemas o mejor aclaran que sus datos abiertos son liberados bajo licencias Creative Commons o GFDL? Porque desde este punto de vista las personas ni siquiera podrían compartir un catálogo de datos descargado de un sitio Web estatal.
“Del dicho al hecho”
En mi opinión el principal problema del OpenData en países como el mío, es la falta de conocimiento. Es decir así como existe una gran confusión con respecto a software gratis y software libre. Existe una gran confusión sobre lo que significa datos abiertos. Y el hecho que va más allá del simple hecho de permitir al público el consultar los datos.
De otro lado, hasta que nuestros gobiernos tengan una comprensión real de la tecnología. Seguiremos liberando datos abiertos con formatos privativos o liberando datos que no se pueden utilizar porque su licenciamiento no lo permite.
Por ende, es necesario y urgente que nuestros gobiernos empiecen a empaparse más de el uso de las herramientas tecnológicas. Así como de los distintos tipos de licenciamiento que van más allá de lo que un viciado copyright les vende. Y es necesario que los datos realmente se han públicos porque al final l@s ciudadan@s tenemos el derecho natural a saber como manejan el país en el cual vivimos y dentro del cual aportamos con nuestros impuestos.
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