En un mundo donde cada vez hay más intervenciones del Estado o de empresas privadas en la regulación de Internet, Latinoamérica no es la excepción.
Regular: Ajustar algo a una forma dada. El objetivo es claro para algunas empresas privadas, incluso para varios Estados, que la Web sea controlada, en menor o mayor grado, para que no gobierne una total anarquía de lo que en el mundo virtual sucede.
En América latina hay una tendencia que crece: la regulación de la Web. Al menos así lo visualiza una de las referentes de la Fundación Vía Libre, Beatriz Busaniche, que además es líder de Creative Commons en Argentina y fundadora de Wikimedia Argentina.
En una charla con eldiario.es, Busaniche brinda una panorama global de cómo está la región en materia de regulación de Internet y apunta interesantes datos para tener en cuenta:
ED – Cuando hablamos de control de la red, ¿cuáles son los puntos más importantes a tener en cuenta? ¿En cuánto puede influir un Estado en el tema?
BB – Existen numerosos puntos a tener en cuenta y la influencia de un Estado es central, ya que son los poderes del estado los que establecen las regulaciones que pueden incidir directamente en la gestión de la red. Algunos de ellos son:
Las discusiones sobre el copyright en el entorno digital. Existen numerosas iniciativas tendientes a frenar el intercambio de archivos y la libre circulación de obras cubiertas por copyright en Internet. Para esto se apela a diversas estrategias como la baja de sitios web, las causas penales contra usuarios de Internet o titulares de plataformas e intermediarios, así como la desconexión de usuarios.
También está la discusión sobre la protección de menores y otros grupos vulnerables, incluyendo también algunos debates sobre la estereotipación de mujeres entre otros temas. Muchas veces, bajo discursos con buena intención como la protección de los menores en Internet se promueven políticas de control de la red, monitoreo e incluso censura.
Mencionemos también la doctrina de la ciberseguridad y la lucha contra el terrorismo o las mafias y la delincuencia. En muchos casos se adoptan medidas de control basados en estos argumentos.
En todos estos casos, el rol del estado es crucial. También hay tendencias hacia el control de la red por parte de corporaciones de diverso tipo y por diversas razones. Terminar con la neutralidad de la red, por ejemplo, es uno de los casos en los cuales las corporaciones, en particular la industria de las comunicaciones, tiene mucho que ver.
ED – ¿Existen en la actualidad medidas concretas de gobierno latinoamericanos para regular el mundo de Internet?
BB – Existen numerosos proyectos de ley que no tienen el objetivo manifiesto de controlar Internet, pero que si tienen eso como consecuencia. En países como Costa Rica se ha penalizado la suplantación de identidad en línea, en otros países se pasaron leyes de responsabilidad de intermediarios, hay una tendencia regional en este sentido, pero jamás se explicita que es para controlar Internet, sino que se utilizan argumentos como la protección de menores, entre otros.
ED – Leía recientemente que en una entrevista a una persona con trayectoria en temas de la Red decía que se venían tiempos de regulación en materia de Internet. ¿Qué pensás sobre esto? ¿Qué pasará a corto plazo?
BB – Hay una tendencia global hacia eso. Sin dudas, la incidencia de los tratados de libre comercio y negociaciones como TPP (Trans Pacific Partnership) son clave en esta tendencia, así que si, coincido con esa apreciación. En el corto y mediano plazo vamos a ver cada vez más intentos de regular la red con el fin de controlar lo que las personas hacen en la red. Lo bueno es que, tras laexperiencia de SOPA y PIPA, los ciudadanos tenemos claro que podemos incidir y cambiar el rumbo de esa tendencia.
ED – La llegada del Creative Commons Global Summit 2013 a Buenos Aires es importante para la difusión y debate de esta temática. ¿Cómo lo ves?
BB – Sin dudas, esa es una de las razones por las que postulamos a Buenos Aires para la Summit, es indispensable fortalecer el debate sobre derechos autorales en la región, donde todavía nos falta mucho trabajo para que la cuestión ingrese de lleno en la agenda pública.
ED – Siempre se habla de cuidar el derecho a la intimidad en Internet, pero a la vez, los propios usuarios son los que brindan muchos datos (sin saberlo, la mayoría de las veces) ¿Cómo se hace para educar en el buen uso de una herramienta tan masiva y global como lo es la Web?
BB – Es muy difícil y muy complicado lograr que la gente cuide realmente sus datos personales. Además, los organismos estatales encargados de promover esto hacen poco y nada (aunque ahora lanzaron una campaña para niños llamada “Con vos en la web” que aborda este tema para los chicos y adolescentes).
Es un tema muy complejo de resolver, porque requiere regulación y aplicación correcta de las leyes pero también prácticas sociales de protección de la intimidad y los datos personales, en un entorno donde cada vez más los medios y las redes que utilizan los ciudadanos impulsan y promueven la entrega masiva de datos.
Si no hay una real conciencia social sobre el problema será muy difícil revertir esta tendencia, pero hasta que las personas no comprendan los riesgos reales de entregar sus datos de la forma en que lo hacen, difícilmente podamos encontrar una solución apropiada.
Además, está todo el procesamiento de nuestros datos que hacen las empresas privadas, prácticamente sin control alguno. En este tema, lograr que el Estado actúe es indispensable, pero el mismo estado avanza sistemáticamente en la recolección de datos de los ciudadanos. En Argentina, la implementación de sistemas biométricos, los documentos nacionales de identidad, la información que cruzan los diferentes organismos como los de seguridad o los impositivos, se realiza sin ningún respeto por los derechos de los ciudadanos que no tienen recursos reales para defenderse de semejantes niveles de intrusión.
Imagen y artículo tomado de eldiario.es