Android es el nuevo Windows
Siempre he pensado que la gente de Google, las manos que llevan el timón de una de las compañías que construyen el futuro, no corresponden a personas tontas que han tenido un golpe de suerte. Generalmente esos golpes de suerte acaban con una muerte súbita de éxito o con la compra de la compañía por un pez más grande, pero Google ha seguido dando pasos con pie firme siguiendo un plan en el que los detalles son lo menos interesante y el mantra principal es terriblemente sencillo: somos una compañía de servicios y si no hay suficiente plataforma para distribuirlos, la creamos.